¿QUÉ HACES CON LAS SOBRAS DE LA COMIDA? ¿LAS UTILIZAS PARA LA CENA O PARA EL DÍA SIGUIENTE? ¿LAS CONGELAS PARA OTRA OCASIÓN? ¿PREFIERES REINVENTAR NUEVOS PLATOS? ¿ERES DE LOS QUE PIDES LLEVARTE LAS SOBRAS DEL MENÚ EN LOS RESTAURANTES?
Tirar comida a la basura no sólo ataca a nuestros valores y nuestros bolsillos, sino que también esquilma los recursos naturales limitados del planeta. Cada vez que se nos pudre un producto perecedero, desperdiciamos un bien esencial y fomentamos un modelo de consumo insostenible. Pero podemos hacerlo infinitamente mejor si planificamos bien la compra y si, antes de desperdiciar comida, consideramos la cocina de aprovechamiento un deber y, ¿por qué no?, un placer.
Reto: Fotografía de un plato que se haya cocinado con los restos del otro
Tirar comida a la basura genera más impacto en el medio ambiente del que creemos. Primero, porque fomentamos un modelo de producción que exige cantidades desaprovechadas de agua, energía o tierra, ya que se destinan a elaborar o cultivar productos que terminan en la basura. Segundo, porque el transporte de todos esos productos provoca un aumento de Co2. Y tercero, porque muchos de esos alimentos que acaban en los vertederos en su descomposición generan gases como el metano, perjudiciales para la atmósfera.
Hábitos responsables para no desperdiciar comida
- Acostumbrarse a organizar los menús de la semana mirando lo que tienes en la nevera y ajustando la compra a tus necesidades.
- Fíjate en la caducidad de las etiquetas.
- Ordena la nevera de tal manera que sean bien visibles los productos perecederos, para que no se te olviden.
- Utiliza el congelador. Es de una gran ayuda.
- Intenta conservar los alimentos en recipientes adecuados: aguantan más tiempo en mejor estado.
- Y si formas parte de una familia con niños, recuerda que es cuando más comida se desperdicia y cuando más atención hay que poner para que los alimentos no acaben en la basura.